En este Blog podran ver varios de mis cuentos que posteo permanentemente en los Talleres De Escritura de Psicofxp y Foro Metrópolis. Espero que los disfruten tanto como yo. See Ya!!!

14 febrero 2006

27 - Protagonizado Por Paul Giamatti



El miedo me roía la nuca, como una ratita con dientes de hielo. Escalofrío recorriendo la columna vertebral. Arriba abajo, de abajo arriba. Masturbación medular de mi miedo paranoico.

Y creo que mi vómito sobre la acera, es sin dudas la eyaculación, pero sin éxtasis ni paz posterior, porque el estómago se me sigue retorciendo por los nervios.

Enciendo un cigarrillo a la manera de Humphrey Bogart (trato de tener estilo, de sueños se vive), y me apoyo contra la pared. Me miro las manos, y como siempre que tengo algo importante, están temblando, sudorosas.

Me dejo el cigarrillo en la boca, sin tocarlo, a ver si por una vez en la vida no lo mojo con el sudor de mis manos. Gasto más dinero en cigarrillos porque se me humedecen que por lo que fumo en sí.

Bueno, a moverse, ya está por ser la hora y son diez cuadras hasta el restaurant, porque al auto lo dejo aca, ni loco voy hasta allá en esta chatarra, ya bastante tengo con que me estoy quedando pelado y gordo, no voy a generar nuevos motivos extras de subestimación.

Agarro el maletín, doy una última pitada al cigarrillo (húmedo, nunca zafo), y voy hacia el restaurant.

Yo que vivo en un movimiento, quiero decir, en un monoambiente (pero más que nada en un movimiento, en una montaña rusa, para ser exactos), y tengo que ir a este restaurant donde el vaso de agua sale treinta dólares (la camisa que llevo puesta sale diez).

Bueno, no importa, ya está, ya llegaste, ya entraste, ya viste al Señor Thompson, ya lo saludaste, ya le estrechaste la mano, ya te sentaste, ya charlaron para romper el hielo (no, hielo no, no pensés en hielo, a ver si todavía le vomitas el Armani), ya abriste el maletín, ya le entregaste lo tuyo, ya lo esta leyendo atentamente…

Ya basta.

Tranquilo.

Te estas mareando.

Son muchos “ya” para un tipo tan pequeño como vos.

Tenete piedad.

Pequeño. Petiso. Si, petiso. Que triste. Es tan deprimente… No puedo ver partidos de la NBA del trauma que tengo.

Aunque, en realidad, lo triste no es… ¡Momento! El Señor Thompson parece satisfecho. Ojalá. Dicen que es muy exigente, que detesta perder el tiempo.

No me gustaría hacerlo enojar, menos con esos dos guardaespaldas a su lado… Dios mío… Se ve que son tipos peligrosos…

¿Podrán sentir mi miedo?

¿Podrán olerlo?

Hum, yo creo que lo único que sin duda huelen es mi horrible sudor, puta madre, Susan, ni siquiera con esto me ayudaste, te dije que tenía que ser un buen desodorante, que la reunión era muy… ¿Cómo dice, Señor Thompson? Oh, muchas gracias, me alegra que le guste. Si, claro, cuando usted desee. Jajaja, el honor de la pluma sellando el pacto, jajaja, si. Por supuesto, esperare su llamado. Un placer, lo mismo digo. Hasta luego.

¿Nos vas a dejar respirar en paz ahora?

Ok, pulmones, creo que lo merecemos. Al menos unos minutos.