En este Blog podran ver varios de mis cuentos que posteo permanentemente en los Talleres De Escritura de Psicofxp y Foro Metrópolis. Espero que los disfruten tanto como yo. See Ya!!!

09 febrero 2006

23 - La Torre De Cristal



Joel se sentía cansado. Había estado haciendo la cola con su familia desde antes del amanecer.

Un tipo gordo, con mostacho, hablaba por un megáfono:

- Si, Señores: ¡El Mundo Del Dragón, el único parque de diversiones del mundo con una estrella intergaláctica! ¡Traído del planeta Elzevernia, del sistema solar Épsilon, pasen y vean a Vandor, el Dragón!

Joel y su familia entraron.

- ¡A correr! – gritó el padre.

Joel veía a otras familias enteras corriendo locamente sin parar.

- ¡Vandor ya esta por salir! – Dijo su madre - ¡Sólo lo hace una vez por hora!

En un descuido de sus padres, Joel logró soltarse, alejándose hacia una torre de vidrio. Sentía mareos, el estómago revuelto.

Entró y subió hasta el último piso. Desde allí se podía ver perfectamente la cápsula de vidrio en donde estaba Vandor. Se sentó en el piso, agotado.

- Parece que también viniste aquí escapando de la fiebre – dijo una voz a sus espaldas.

Volteó. Era una chica de su edad, muy linda.

- Soy Hannah – lo saludó.

- ¿Que tal? Soy Joel.

Hannah se sentó a su lado.

- Me da pena Vandor, debe sufrir mucho ahí dentro – dijo.

- Sin duda – dijo Joel.

- Lo han hecho un ser sin vida, para la diversión morbosa de los demás. Le han dejado bien oculto en la memoria todo lo que alguna vez fue.

Unas campanas sonaron. La gente gritaba abajo, eufórica.

- ¿Qué sucede? – preguntó Joel.

- Son las trece campanadas que anuncian al dragón – Respondió Hannah - Observa. Es terrible.

“¡El gran momento llegó, señoras y señores! Vean el vapor salir de las aguas hostiles del pantano, recreado exactamente como lo son en Elzevernia. Abran bien los ojos. Con ustedeeeees: ¡Vandor!”

Vandor salió del pantano. Era inmenso, con hermosas escamas plateadas. Tenía en el cuello un collar psicotrónico con el cual dominaban sus movimientos. Se notaba la tristeza en sus ojos.

Voló un rato, escupió fuego, hizo algunas piruetas, y volvió al pantano.

El espectáculo duró muy poco, pero la gente deliraba. Muchos esperarían hasta la próxima hora.

Hannah y Joel se miraron. Tenían lágrimas en los ojos.

- ¿Lo viste? – decía Hannah – ¡Cuánta tristeza había en sus ojos!

- Sí… - contestaba Joel, secándose las lágrimas.

Hannah suspiró y lo imitó. Después se levantó de golpe, diciéndole:

- Ven.

- ¿A dónde?

- ¡Vamos, confía en mí!

- De acuerdo.

Bajaron corriendo las escaleras, riendo. Entraron en el segundo piso.

- Aquí es – dijo Hannah – Las Flores Cantantes.

Joel miró. Eran flores hermosas, grandes, de todos los colores.

- Son de Elzevernia – dijo Hannah – Dicen que si dos personas que se gustan se miran fijamente delante de ellas, y ellas cantan, es porque están enamoradas.

Hannah miró a Joel fijamente. Él también a ella.

La melodía sonó maravillosamente, pura y cristalina. Sonrieron tímidamente, sin poder dejar de mirarse a los ojos, salvo cuando los cerraron, para descubrir los hermosos cosquilleos del primer beso.