En este Blog podran ver varios de mis cuentos que posteo permanentemente en los Talleres De Escritura de Psicofxp y Foro Metrópolis. Espero que los disfruten tanto como yo. See Ya!!!

05 enero 2006

10 - Deseos De Volver

Esa esquina fue el lugar en donde probamos nuestros primeros cigarrillos, primeros alcoholes, primeras drogas. Pero todo era parte de una experimentación, de un divertimento. No buscábamos ser chicos reventados. Buscábamos ser chicos libres, chicos artistas. Eran incontables los graffitis que hicimos en la pared del lugar. Escribíamos Nirvana, Nine Inch Nails, Morphine, Massive Attack, Pink Floyd, Stanley Kubrick, David Lynch, Tim Burton, Clint Eastwood, Julio Cortazar, Ray Bradbury, Gabriel García Márquez, Edgar Allan Poe y tantos otros ídolos… Y en el centro de la pared, a modo de logotipo de nuestro grupo, habíamos dibujado el rostro enorme de un gato negro, que después Miguel lo pintó de rojo, y al cual Carlitos le añadió el martillo y la hoz en la frente, en amarillo. Y al igual que los cambios en el gato, la esquina también tenía sus cambios en el nombre, primero se llamó La Esquina Del Pecado, después La Esquina Del Gato Rojo, y por último, La Esquina Del Gato Comunista (alguien sugirió La Esquina Del Gato Chino, pero lo mandamos a pasear). Y así vivíamos nuestras juventud, todas las tardes, tirados ahí, leyendo libros, escuchando música, organizando salidas, etc. Esa esquina era nuestro hogar y nuestro refugio, y sentíamos que tenía un enorme poder oculto que nos protegía de las injusticias del mundo. Sólo por las noches hacíamos una excepción, y salíamos a correr por las calles y meternos en casas abandonadas. Éramos una gran silueta en movimiento caminando por los sombríos tejados, tratando de llegar siempre más alto, más alto, soñando con tocar las estrellas. Pero un día todo eso terminó. Y terminó con un dolor intenso en la cabeza, un dolor que era el despertador, los avisos clasificados, el pronóstico del tiempo, los noticieros, las colas en el banco, el horario de los trenes… Y ya las monedas o cualquier objeto brillante que encontrábamos tirado dejaron de ser un tesoro, un símbolo religioso de buena suerte, para ser sólo un objeto en el piso. Hace poco volví al lugar, pero ahora construyeron un shopping ahí. Sin embargo, no pude evitarlo y un día dibujé un gato negro en donde antes estaba la esquina. Días después pasé y vi que al gato lo habían pintado de rojo, y otros días mas tarde, le vi el martillo y la hoz. Y me sentí feliz y vivo después de muchos, muchos años. Me di cuenta que ninguno había olvidado, que a pesar de tanto tiempo transcurrido, queríamos volver a estar juntos, a sentirnos nuevamente los dueños de nuestras vidas, los dueños de la noche, los chicos artistas que buscan tocar las estrellas.