En este Blog podran ver varios de mis cuentos que posteo permanentemente en los Talleres De Escritura de Psicofxp y Foro Metrópolis. Espero que los disfruten tanto como yo. See Ya!!!

01 enero 2006

08 - Sally

- ¿Porqué hacés esto? – dije, con la voz temblorosa - ¿porqué?
Sally me sonrió desquiciadamente, y apretó mas aún el arma contra su sien.
- No lo sé...es extraño...es cómo...una paradoja.
Sally dejó de sonreírme, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
- Eso es, Johnny. Una curiosa paradoja. Me mato porque amo vivir.
Cerró los ojos con fuerza, y las lágrimas le resbalaron por las mejillas. El disparo resonó fuerte en el departamento. Me quedé quieto, sin poder moverme, viendo las cortinas manchadas de sangre. Cuando al fin pude salir del shock, me dejé caer en el sofá. Todo había sucedido tan rápido... Podía verme claramente parado bajo el umbral de la puerta, cuatro horas antes, con una rosa en la mano, sonriéndole como un niño bobo a Sally. Podía verla tomar la rosa, agarrarme de la corbata y llevarme a su cuarto. Estaba un poco borracha, pero se la veía alegre, como siempre. Hicimos el amor tranquilamente un par de horas, y después de eso comenzó a ponerse rara.
- Sos tan dulce conmigo, Johnny. Gracias.
- Es un placer. No existe nadie tan maravillosa como vos.
- Ojalá los otros pensaran igual. Tuve que escuchar cada pensamiento feroz, satisfacer cada oscuro deseo... Esta cama dejó de ser un lugar para amar, y se transformó en mi tumba prefabricada.
Yo le acaricié el pelo con dulzura, y volví a proponerle lo de siempre.
- Vámonos de acá. Lejos de Frank, lejos de todo.
Nunca voy a olvidar esa sonrisa tan dulce.
- Tal vez tengas razón. Tal vez deberíamos irnos.
- Prometeme que esta vez realmente lo vas a pensar.
- Prometido. Pero ahora tengo que ir al baño.
Ví su perfecta desnudez salir por la puerta. Me sentía feliz. Me dijo que lo pensaría. Mi corazón se lleno de esperanza. No me importaba traicionar a Frank. Le debía mucho, pero él era cruel con ella, y yo la amaba. Pasó un largo rato, y no volvía del baño. Me levanté a ver si le pasaba algo, y la encontré en el living, con el arma en la mano.
- Sally ¿qué estás haciendo? – dije, invadido por el pánico.
- Con el corazón en la mano, Johnny, me alegra mucho que hayas sido mi último hombre – dijo mientras se ponía el arma en la sien.
- Hablemos, por favor.- Nunca voy a poder escapar de esto ¿entendés? Mi conciencia es como un enorme ojo sin párpados que me acecha todo el tiempo, mostrándome lo puta que soy. No lo soporto más.
- No digas eso. Vos sos única, sos una princesa, sos... – no sabia qué decir, el miedo me trababa la lengua.
- No sufras, Johnny. Ya estoy demasiado lejos para escuchar. Nada tiene sentido. Todo suena cómo una melodía invertida.
- Yo puedo darte todo, lo sabés – me sentía perdido - ¿porqué haces esto? – dije, con la voz temblorosa - ¿por qué?
Sally me sonrió desquiciadamente, y apretó mas aún el arma contra su sien.